Hoy quiero compartir con vosotros algo que aprendí en este
proceso de crecimiento que es el día a día.
La vida da hostias, golpes, desilusiones y sueños
incumplidos. Y eso curte. No vengo aquí a iluminar, ni a decir a nadie o a los
más jóvenes que yo que esos golpes o desilusiones dejen de doler o golpear. Claro
que siguen doliendo, claro que siguen jodiendo, pero se aprende a encajarlos
mejor en este rompecabezas llamado vida. No existe una pócima mágica, o una
habilidad, una palabra o un libro que haga que un pasaje doloroso torne
efímero. Todo duelo y decepción tienen su proceso.
Quien haya venido a la vida como a un paseo recogiendo
flores que se prepare. Habrá malos tragos, momentos de dificultad. Ante esas
situaciones no voy a salir corriendo, mi filosofía es trabajar, trabajar y
trabajar.
¿Qué puedo decir? Cuando lloro me es imposible caminar, por
eso nado.
“ Recuerda que los robles más fuertes crecen con el viento en contra.”
En este mundo en el que hay momentos de adversidad e impera
la negatividad de las personas, es importante preparar el pensamiento para
extraer las cosas positivas y aspirar a ser feliz. Para desligarme de la
negatividad de otros primero habría de desligarme de la mía propia y pensar en
positivo. Quizás se deba a nuestros orígenes evolutivos, pero un pensamiento
negativo pesa por varios positivos, por lo que me he estado preparando para
pensar en positivo. De este modo tendría una poderosa herramienta para el
cambio interior, que es un paso necesario para cambiar el mundo.
En psicología se miden diferentes indicadores pues son la base para saber dónde nos encontramos y para poder mejorar. Por ello, para quien quiere crecer es importante la introspección. Aprende a conocerte, a entender el porqué de las cosas dentro de ti. El porqué real, no el que te construye a posteriori la razón. Mi motor, mi motivación, es el nunca dejar de aprender. Es ese constante ajuste de parámetros que hacemos los que queremos aprender a vivir.
“ Antes de exigir a los demás, exíjase a usted mismo.” ~ Luis Aragonés
El cambio, el cambio es algo costoso y consciente. No se
cambia de la noche a la mañana ni es cosa de un día implantar los nuevos
patrones que consoliden ese cambio. Si alguna vez has desarrollado un
razonamiento plenamente entendido y cargado de razón para ti, y luego te has
sorprendido haciendo algo distinto porque tus emociones te han llevado por otro
camino, como si tus emociones tuvieran sus propias creencias, tranquilo, no
estás solo. Lo complicado no es educar a las ideas, lo verdaderamente difícil
es educar a las pulsiones.
El camino será por tierra, a veces con alguna piedra, a
veces empedrado. A veces será por mar y otras será un desierto en el que no
sabes bien dónde estás ni lo que buscas.
No tengas miedo de reencontrarte perdido, los momentos de
mayor oscuridad son los que preceden a los de mayor iluminación. ¿Lo que
valoramos no es, al fin y al cabo, lo que cambia y lo que puede cambiar? Abracemos
a la incertidumbre.
Ojalá pudiera enseñar todo lo que he aprendido, pero aún no
sé enseñar incertidumbre. Es todo tan cambiante, hay tantas posibilidades y los
mensajes que se reciben día a día son tan contradictorios, que la mejor opción
que veo es ser constante y tratar de aprender a dirigir los esfuerzos para que
estos tengan resultado.
Y es que la psique guarda una trampa peligrosa: no existe
una suerte de karma que pondera tu esfuerzo y lo recompensa proporcionalmente,
sino que has de ser tú quien sepa enfocar y dirigir ese esfuerzo para que tenga
frutos y permita quemar etapas, alcanzar sueños y conquistar temores. No
pierdas el tiempo, no como yo hice, clamando a la vida por su injusticia.
¿Quién mejor que tú sabe lo que vales? Dirige tu energía, tus fuerzas y tu
potencial. Tu fin ha de hacer del camino
más fin y menos camino.
Las preguntas retóricas pueden quedar muy bien en una poesía
o en un ensayo, incluso en una entrada de blog; pero no son para la vida real. Lo
importante quizás no sea tanto encontrar respuestas, sino formularse las
preguntas adecuadas.
Todo esto nos lleva a
la ancestral cuestión de la confianza. La confianza hace creer. La confianza
hace crecer. Donde todo son dudas, medias verdades y contradicciones, la clave
está en confiar en la incertidumbre. Y esa es la verdadera seguridad, ser capaz
de confiar en situación de incertidumbre, y es precisamente lo que demuestra la
consolidación de un cambio. Creer hasta en esas noches oscuras sin Luna, en las
que es imposible distinguir el cielo del mar. El amanecer solo se insinúa cuando se sale a buscar en la noche.
“El problema con el mundo es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas.” ~ Bertrand Russell
Me planteo a veces todo lo que no hacemos y lo que nos
complicamos y lo que complicamos las relaciones con los demás, y lo cínicos que
nos volvemos con el paso de los años, cuando podríamos hacer las cosas mucho
más fáciles. Al final todo se reduce al miedo, al miedo al rechazo y a no ser
válidos. ¿Por qué complicamos tanto las cosas? Si al final todos queremos
agradar y ser queridos. La vida es para los valientes y para lo que se atreven
a jugar. Porque si juegas puedes perder, pero si no juegas estás perdido. De
nada valen las medias tintas. Si vas a por algo que sea con seguridad,
asertividad y asumiendo las consecuencias. Huir es correr en círculos.
En un intercambio de sonrisas, salen ganando dos personas.
Es el juego de ganar-ganar, y el tipo de relaciones que buscan las personas
maduras (mentalmente, se entiende).
No obstante jugamos con luego, que es como jugar con fuego,
pero que quema en el alma. Y es que el miedo no puede ser una eterna coartada,
pues todo se derrumba cuando empiezas a sentir dolor por no sentir nada.
“Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tienen tacto.” ~ Mario Benedetti
Y nada hay más poderoso que el lenguaje de las miradas. Los ojos son espejos de lo que otros en ti
ven. La vida es como la poesía, lo más importante es aprender a leer las
palabras que no se dicen.
Y en la vida en general, y en las relaciones con los demás
en particular, estoy convencido de que es importante hacer las cosas por
convencimiento y convicción, no por conveniencia. Las personas que buscan la
aprobación de los demás se huelen a distancia y no imprimen una buena sensación
porque no resultan congruentes a nivel profundo. Yo obro para quererme a mí, no
para que nadie me quiera. No busques que
te aprueben, busca ponerte a prueba.
Y es en situaciones de dificultad donde se manifiesta la
verdadera naturaleza de cada uno. Puedes remar hacia adelante o dejar caer los
remos y dejarte llevar por lo corriente, por la corriente.
Cuando te enfrentas a la pérdida eres consciente de que
quizás mañana no estés aquí, o quizás sean tus seres queridos los que no
estarán. Ese no querer depender de nadie y que nadie dependa de mí es a la vez
mi mayor fortaleza y mi mayor debilidad.
No te compares con otros. Tienes tus propias virtudes y
defectos, y sólo podrás ser tu mejor versión si te mides contigo mismo y no con
los demás. No aceptes la mediocridad o las limitaciones ni pretendas partir
desde puntos de partida que te quedan lejos.
Salta a la vista que no soy una persona particularmente
activa en las redes sociales, ni muestro una versión completa de lo que soy en
las mismas. En cierto modo me parecen un nido de narcisismo y de dar una
apariencia irreal (y calculada) de lo que uno es. Mi búsqueda no es devanarme
para en vana vanidad envanecerme. Lo que yo quiero es aportar cosas de valor y
transmitir y comunicar positividad y hacer ver que está en nuestra mano hacer
un mundo algo mejor. Es un modo de luchar contra la negatividad imperante. No
cuestiono el comportamiento de otros, sino que tengo una visión propia y soy
fiel a ella.
Y una cosa está clara: tanto si haces una cosa, como la
contraria, siempre tendrás detractores. Incluso habrá quien te critique tanto
si haces algo como si haces lo opuesto. Muchas personas son expertas en hablar
de lo que no saben e inventan auténticas películas sobre la vida de uno. Sin
embargo, mi prioridad es andar, y no hablar, y trato de hacer lo mío sin
preocuparme mucho por historias.
En este contexto me parece necesario conocer la historia que
alguien tiene detrás antes de enjuiciarlo a la ligera. Todas las personas
tienen un pasado, una historia detrás, unas circunstancias, unos sueños,
objetivos y motivaciones; y por supuesto unas razones, unas ideas y una
filosofía de vida. Por eso es importante escuchar a las personas primero para
tener la posibilidad de entenderlas antes de hablar sin fundamento. Esto no
significa que todo sea aceptable o justificable, sino que hay que escuchar
antes de hablar.
“Tenemos dos orejas y una sola boca para que escuchemos el doble de lo que hablamos" ~ Zenón de Citio
Y… ¿A dónde quiero llegar?
Ese hombre que lucha, que cae, y
que se levanta más fuerte, ese hombre que ríe, que llora, que ama, que vive,
que sufre, que añora, que logra y que gana. Ese hombre que pierde, que yerra,
que sueña y se estrella. Ese hombre que arrolla y que ayuda, que arrulla y que
duda, que escribe y describe su alma desnuda. Ese hombre que se desvive y
sobrevive, que persigue y lo consigue, que contagia risas y que enjuga
lágrimas, que da abrazos y que los recibe. Ese hombre que aprende y que prende
la crítica, que de la crítica aprende pero no se domestica. Ese hombre que
crece y que hace crecer, que se estremece y acepta fenecer. Ese hombre que besa
pero no apresa, que punza pero no hiere, que expresa pero no silencia, que vive
mientras no muere.
Quizás mi pregunta correcta sea ¿Me he enseñado a mí mismo
lo que de la vida he aprendido? Seguiremos caminando.
“Caminante, no hay camino
se hace camino al andar.” ~ Antonio Machado
¡Nos leemos!