lunes, 31 de diciembre de 2018

Diccionario poético















Las salidas y entradas de año siempre son un escenario que invita a la reflexión y a los propósitos de crecimiento. Vivimos una época con sobredosis de mensajes, inflados de palabras y que en mi humilde opinión, terminan resultando vacuos, repetitivos y estereotipados; que pierden su impacto tanto más se repiten. Para cerrar el año con buen pie, quiero proponeros un juego poético que he llamado diccionario poético. Podríamos decir que este “diccionario” intenta definir de modo conciso palabras o conceptos de un modo que invita a la reflexión. ¡Y un vídeo como extra!

La magia de este juego es que obliga a usar figuras retóricas para dar mucho significado a pocas palabras. Como me gusta decir: «La poesía se vacía de palabras para llenarse de significado». Es el perfecto caldo de cultivo para ejercitar figuras como el oxímoron, «es hielo abrasador, es fuego helado1»; la políptoton, «temprano madrugó la madrugada2», la paradoja, «sólo sé que no sé nada3» o la antítesis, «es tan corto el amor, y es tan largo el olvido4».

  • Amor: Querer sin querer.
  • Beso: Golpe de paz. Paz de golpe.
  • Cinismo: Claridad turbia.
  • Complicidad: Hablar sin palabras.
  • Dogma: Cuestión incuestionable.
  • Ignorancia: Desentenderse de entender.
  • Inseguridad: Corazonada que descorazona.
  • Melancolía: Dolor que insensibiliza.
  • Muerte: Quietud sin parar.
  • Poesía: Perdición y cura; dulcifica la amargura.
  • Presente: Futuro pasado. Pasado futuro.
  • Sabiduría: Conocer tu desconocimiento.
  • Silencio: Palabra de Dios.
  • Sociedad: La humanidad más inhumana.
  • Soñar: Una buena excusa para vivir.
  • Tiempo: Impasible compás incompasivo.
  • Timidez: Grito sordo.
  • Tolerancia: Intolerancia como único intolerable.
  • Valor: Desprecio del precio.
  • Vapor: Agua sedienta.
  • Vejez: Ocaso que da claridad.
  • Vivir: Una buena excusa para soñar.

En cierto modo, cuando alguien lee poesía, más que leer, está escribiendo su propio significado con las palabras que el poeta ha escrito. Poniéndome un poco platónico, leer poesía sería en cierto modo como recordar, como reconstruir o reinterpretar a través de las vivencias, la experiencia y el estado actual de la persona. Quizás sea la clave del impacto emocional que tiene el arte, puesto que florece en la subjetividad del individuo, ya sea el creador o el recreador. Y para ti, ¿qué significa este blog? Aquí va mi última definición (reversible) de la noche:

  • Canto a la vida: Tempestad Intempestiva.

Es el espectador, y no la vida, lo que realmente refleja el arte. ~ Oscar Wilde

Algo que me sorprendió al ir aprendiendo sobre poesía, es que grandes poetas de la historia se desmarcaban de la literatura, como si fuera la palabra de los menos capaces, tratándola con cierta condescendencia. Por otra parte, este ejercicio o juego de diccionario poético tiene visibles similitudes con la greguería de Ramón Gómez de la Serna, que en sus propias palabras:
«Las greguerías son cosa más de literato que de poeta», si bien «La greguería no es enteramente literaria». Así que si jugáis al diccionario poético… ¡Cuidado! Es casi literatura…

Bonus: Nuestro compañero Enrique de la Tertulia Poética Desván grabó y editó las diversas actuaciones que se llevaron a cabo en el IV Encuentro Poético en Verso de Torrejón del pasado mes de octubre. Os dejo el vídeo con el recital de la tertulia, y si os gusta, os animo a que os suscribáis al canal y le deis difusion.



¡Feliz año, nos leemos!



Referencias:
    1. Oxímoron de Francisco de Quevedo.
      2. Políptoton de Miguel Hernández.
      3. Paradoja de Sócrates.
      4. Antítesis de Pablo Neruda.

      lunes, 1 de enero de 2018

      Oscuridad



      Como siempre, he preparado un escrito para fin de año, esta vez una poesía. Siempre intento en estos escritos manifestar lo que he aprendido a lo largo del año y hacer uso de los recursos que he obtenido y pulido para ayudarme a expresar lo que pienso y lo que siento. Todos tenemos una parte de luz y oscuridad, y este poema lo titularía Oscuridad.

      También quería aprovechar para comentar que me he unido a la Tertulia Poética Desván, un grupo poético de Torrejón que se reúne una vez al mes para leer poesía y organizar diversos eventos literarios. Este fue el poema con el que me presenté en dicho grupo:


      ¿Cómo sería vivir sin sentimientos?
      ¿Si fuera todo nada de dentro?

      Buscando llenar mi vacío con conocimiento
      lo que no es sino sinónimo de desconocerse por dentro
      sin ánimo de animosidad
      ser desconocido para tus amigos
      es como ser anónimo para tu identidad
      el miedo me dio la valentía para estar solo
      no puedo abandonar a mi soledad
      pues sola se quedaría
      Leer me ha hecho aprender
      que casi todo lo que sabemos es mentira
      quizás lo que sepa
      es todo lo que no he aprendido

      ¡Cuando su lengua a mi lengua abocaba a su boca...!
      Hoy me desarropa recordar su desnudo sobre el mío,
      mas no olvido, cuando recuerdo con precisión penosa
      que siempre recuerdo lo que nunca he tenido

      Vivir la vida
      con sinceridad homicida
      es como mirar una estrella fugaz
      pues deseas que algo se haga real
      sabiendo que es mentira

      Aprendí que al ser débil se aprovecharían

      Yo quería dar luz
      pero en la oscuridad me siento protegido
      yo quería dar calor
      pero los golpes me hicieron ser frío
      y para no variar, desvarío

      Escribir para perdurar
      es hacerse eterno al morir
      es fenecer al alumbrar
      es llamar al corazón cicatriz

      Dicen que el tiempo es un invento de la mente
      ¡Pues vaya invento más injusto!
      Mirando al cielo pensando que en un futuro voy a verte
      Inventar una mentira sobre otra mentira de modo complaciente

      Así es como construimos el mundo
      Como esta "democracia", edificada en la ineficacia
      Agiten sus banderitas después del punto.
      La soberanía del pueblo solo es un discurso

      Y vuelve a decapitarse el sistema del capital
      cíclico ciclón que al capitular recapitula
      con la falsa premisa de que la voluntad individual lo autorregula
      Quién actúa en desconocimiento no actúa en libertad

      Eso somos: ignorantes ignorados
      ahogados por nuestra tierra, por valores devaluados
      pues la existencia de fronteras nos destierra de la igualdad
      La casa de los horrores
      comienza cuando tu posición la marcan tu religión, etnia o nación
      y no tu esfuerzo ni tus valores

      En el fondo busco aliados fuera del cuaderno
      con la torpeza del que empieza a escribir con la otra mano
      Pues el mayor de los conflictos sigue siendo interno
      Y cuando llega el momento me siento de palabras desarmado

      Desarmado y desalmado, pues en un suspiro se me escapa
      Cuándo el alma es amor... ¿Sabes tú a dónde va?
      El silencio no me suena a desconocido
      algo he oído de su canto,
      quizás sólo era el reflejo de mi llanto
      quizás, sólo quizás...

      Así es todo de relativo
      Todos mis versos anteriores
      en algún momento de mi vida los hubiera contradicho

      El alma es una exclamación, el corazón un interrogante
      La vida es una exhalación como para dudar si se hace tarde
      ¿Y quién sabe qué es la nada, quién sabe qué es el ocaso?
      ¡Si por si acaso hasta la Luna ha salido esta mañana...!

      No entendemos que nuestro azar es una baraja de cartas marcadas,
      No por Dios o el destino, ni por microscópicas partículas que salen a bailar
      Es por nuestra ceguera
      Si cerramos los ojos al besar, al soñar, al llorar
      ¿Cómo vamos a entender lo que nos hunde y nos eleva?

      El ser humano, paradigma de la evolución
      Y aún no ha salido de su cueva
      Llegué a creer en tan pocas cosas, que mi existencialismo se recrea
      Y para cerrar con el comienzo, comparto mi pensar
      justo antes de pulsar enviar:
      dentro de nada, todo fuera


      Feliz año. ¡Nos leemos! ;-)

      domingo, 3 de septiembre de 2017

      Vientos de cambio


      Aquel día, mirando las nubes, pensé que eran como un reflejo de la vida. Ahí estaban, plasmadas en el cielo, estáticas, como si siempre hubieran sido el dibujo del firmamento. Sin embargo, puede que te gires y ya no estén ahí, hayan desaparecido, como si nunca hubieran existido, o hayan cambiado de posición, incluso de forma. Así pasa con la vida: cambian las circunstancias y las personas; van y vienen, se transforman. Y cuando algo cambia, ya nunca volverá a ser exactamente lo que fue.


      El ser humano tiende a ser reticente al cambio. Y la incertidumbre genera desazón. Las decisiones se vuelven más difíciles y pueden tener consecuencias irreversibles. Puede resultar tentador aferrarse a la ausencia de movimiento con la esperanza (vana) de que las circunstancias en la vida se mantengan tal y como están. Los vientos de cambio siempre están soplando, aunque no siempre se perciban. Durante las primeras fases de la vida la sensación es de continuidad, al menos todo fluye dentro de un cauce definido. Pero al crecer y al exponerse paulatinamente a la vida adulta, uno se da cuenta de que vivía en un cauce marcado, las circunstancias eran las aguas de un río que finalmente van a dar al mar y se abre un mar de posibilidades. Entiendes que hay caminos que sólo puedes recorrer solo y a la vez te das cuenta de como todo a tu alrededor se va transformando de forma inexorable, súbita e inesperada. No todos los cambios son negativos, si bien la idealización del pasado puede ser motivo de zozobra.

      “La vida es cambio y movimiento, te juro que no miento, esa verdad me la ha enseñado el tiempo” ~ Sharif Fernández

      El tiempo, verdugo y redentor, nos aboca a enfrentarnos a la adversidad. Es en esos momentos cuando empezamos a ejercitar la resiliencia, la fortaleza de espíritu para resistir el vendaval. Y, ya que el mundo no deja de girar y el tiempo no espera, la única medida es dar más de lo que desesperas. Así, siempre se vuelve necesaria esta capacidad de seguir adelante, pero no ha de funcionar sólo como inercia, también debe implicar la toma de decisiones y la determinación del sentido de tu vida. El camino menos difícil es transmutar el corazón en piedra para seguir adelante. Pero... ¿Acaso adormecer el corazón para no sentir el daño es la respuesta?

      Vivir es sentir. Vivir es elegir. El dolor es para todos, y, aunque no sea el mejor ejemplo de ello, éste es un camino que es mejor no recorrer solo. En la vida hay que resistir golpes, pero esa fuerza para resistir también ha de ser un impulso para salir a buscar. Si de algo me he dado cuenta, es de que la vida es una fábrica de oportunidades, aunque los propios filtros mentales, los miedos y la indecisión nos puedan hacer pensar lo contrario. Y vencer a esta ambivalencia, a esta contradicción interna, es el camino requerido para tomar las riendas de nuestra vida. La enseñanza del cambio constante, es que hay que perder el miedo a hacer que las cosas cambien. La vida cambia aunque no te muevas, así que muévete para hacer de tu vida lo que deseas.

      “Lo que te cambia la vida no lo eliges, pero sí hacia donde te diriges” ~ Pablo Carrouché

      Hay que aprender a saltar, incluso a pesar de la incertidumbre.
      Hay que aprender a pedir ayuda donde naufragamos constantemente por nadar en un mar de dudas.
      Hay que aprender a tener los pies en el suelo y dar el paso adelante en cuanto se tiene la oportunidad.


      Frente a este mismo paisaje en lontananza, comentaba una amiga: —Mira cómo se mueven los árboles (mecidos por el viento)— a lo que repuse: —Sí, bailan sin música, igual que yo.

      ¿Quién sabe lo que nos deparará el mañana? Sólo pienso en disfrutar de las cosas tal como son y trabajar para adaptarme a esos cambios que están por venir y adaptar el porvenir a eso que quiero ser y conseguir. Lo que tengo claro, es que cuando desaparezca del firmamento para volver al mar originario, quiero que en mi epitafio rece: "que me quiten lo bailao".

      Supongo que no existe la analogía perfecta. Al fin y al cabo, cuando te giras, puede que las nubes se hayan marchado, y no queda ninguna marca de su paso, pero... ¿Quién puede negar que esas nubes que pasan por el corazón nos dejan una estela, una lágrima dormida, una huella indeleble...? Soplan vientos de cambio, creo que voy a saltar y voy a dejarme llevar a favor del viento, al menos por esta vez...

      ¡Nos leemos!