viernes, 19 de agosto de 2016

Algo que aprendí

Hoy quiero compartir con vosotros algo que aprendí en este proceso de crecimiento que es el día a día.

La vida da hostias, golpes, desilusiones y sueños incumplidos. Y eso curte. No vengo aquí a iluminar, ni a decir a nadie o a los más jóvenes que yo que esos golpes o desilusiones dejen de doler o golpear. Claro que siguen doliendo, claro que siguen jodiendo, pero se aprende a encajarlos mejor en este rompecabezas llamado vida. No existe una pócima mágica, o una habilidad, una palabra o un libro que haga que un pasaje doloroso torne efímero. Todo duelo y decepción tienen su proceso.

Quien haya venido a la vida como a un paseo recogiendo flores que se prepare. Habrá malos tragos, momentos de dificultad. Ante esas situaciones no voy a salir corriendo, mi filosofía es trabajar, trabajar y trabajar.

¿Qué puedo decir? Cuando lloro me es imposible caminar, por eso nado.
Recuerda que los robles más fuertes crecen con el viento en contra.”
En este mundo en el que hay momentos de adversidad e impera la negatividad de las personas, es importante preparar el pensamiento para extraer las cosas positivas y aspirar a ser feliz. Para desligarme de la negatividad de otros primero habría de desligarme de la mía propia y pensar en positivo. Quizás se deba a nuestros orígenes evolutivos, pero un pensamiento negativo pesa por varios positivos, por lo que me he estado preparando para pensar en positivo. De este modo tendría una poderosa herramienta para el cambio interior, que es un paso necesario para cambiar el mundo.

En psicología se miden diferentes indicadores pues son la base para saber dónde nos encontramos y para poder mejorar. Por ello, para quien quiere crecer es importante la introspección. Aprende a conocerte, a entender el porqué de las cosas dentro de ti. El porqué real, no el que te construye a posteriori la razón. Mi motor, mi motivación, es el nunca dejar de aprender. Es ese constante ajuste de parámetros que hacemos los que queremos aprender a vivir.
Antes de exigir a los demás, exíjase a usted mismo.” ~ Luis Aragonés
El cambio, el cambio es algo costoso y consciente. No se cambia de la noche a la mañana ni es cosa de un día implantar los nuevos patrones que consoliden ese cambio. Si alguna vez has desarrollado un razonamiento plenamente entendido y cargado de razón para ti, y luego te has sorprendido haciendo algo distinto porque tus emociones te han llevado por otro camino, como si tus emociones tuvieran sus propias creencias, tranquilo, no estás solo. Lo complicado no es educar a las ideas, lo verdaderamente difícil es educar a las pulsiones.

El camino será por tierra, a veces con alguna piedra, a veces empedrado. A veces será por mar y otras será un desierto en el que no sabes bien dónde estás ni lo que buscas.

No tengas miedo de reencontrarte perdido, los momentos de mayor oscuridad son los que preceden a los de mayor iluminación. ¿Lo que valoramos no es, al fin y al cabo, lo que cambia y lo que puede cambiar? Abracemos a la incertidumbre.

Ojalá pudiera enseñar todo lo que he aprendido, pero aún no sé enseñar incertidumbre. Es todo tan cambiante, hay tantas posibilidades y los mensajes que se reciben día a día son tan contradictorios, que la mejor opción que veo es ser constante y tratar de aprender a dirigir los esfuerzos para que estos tengan resultado.

Y es que la psique guarda una trampa peligrosa: no existe una suerte de karma que pondera tu esfuerzo y lo recompensa proporcionalmente, sino que has de ser tú quien sepa enfocar y dirigir ese esfuerzo para que tenga frutos y permita quemar etapas, alcanzar sueños y conquistar temores. No pierdas el tiempo, no como yo hice, clamando a la vida por su injusticia. ¿Quién mejor que tú sabe lo que vales? Dirige tu energía, tus fuerzas y tu potencial. Tu fin ha de hacer del camino más fin y menos camino.

Las preguntas retóricas pueden quedar muy bien en una poesía o en un ensayo, incluso en una entrada de blog; pero no son para la vida real. Lo importante quizás no sea tanto encontrar respuestas, sino formularse las preguntas adecuadas.

Todo esto nos lleva  a la ancestral cuestión de la confianza. La confianza hace creer. La confianza hace crecer. Donde todo son dudas,  medias verdades y contradicciones, la clave está en confiar en la incertidumbre. Y esa es la verdadera seguridad, ser capaz de confiar en situación de incertidumbre, y es precisamente lo que demuestra la consolidación de un cambio. Creer hasta en esas noches oscuras sin Luna, en las que es imposible distinguir el cielo del mar. El amanecer solo se insinúa cuando se sale a buscar en la noche.
El problema con el mundo es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas.” ~ Bertrand Russell
Me planteo a veces todo lo que no hacemos y lo que nos complicamos y lo que complicamos las relaciones con los demás, y lo cínicos que nos volvemos con el paso de los años, cuando podríamos hacer las cosas mucho más fáciles. Al final todo se reduce al miedo, al miedo al rechazo y a no ser válidos. ¿Por qué complicamos tanto las cosas? Si al final todos queremos agradar y ser queridos. La vida es para los valientes y para lo que se atreven a jugar. Porque si juegas puedes perder, pero si no juegas estás perdido. De nada valen las medias tintas. Si vas a por algo que sea con seguridad, asertividad y asumiendo las consecuencias. Huir es correr en círculos.

En un intercambio de sonrisas, salen ganando dos personas. Es el juego de ganar-ganar, y el tipo de relaciones que buscan las personas maduras (mentalmente, se entiende).

No obstante jugamos con luego, que es como jugar con fuego, pero que quema en el alma. Y es que el miedo no puede ser una eterna coartada, pues todo se derrumba cuando empiezas a sentir dolor por no sentir nada.
Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tienen tacto.” ~ Mario Benedetti
Y nada hay más poderoso que el lenguaje de las miradas. Los ojos son espejos de lo que otros en ti ven. La vida es como la poesía, lo más importante es aprender a leer las palabras que no se dicen.

Y en la vida en general, y en las relaciones con los demás en particular, estoy convencido de que es importante hacer las cosas por convencimiento y convicción, no por conveniencia. Las personas que buscan la aprobación de los demás se huelen a distancia y no imprimen una buena sensación porque no resultan congruentes a nivel profundo. Yo obro para quererme a mí, no para que nadie me quiera. No busques que te aprueben, busca ponerte a prueba.

Y es en situaciones de dificultad donde se manifiesta la verdadera naturaleza de cada uno. Puedes remar hacia adelante o dejar caer los remos y dejarte llevar por lo corriente, por la corriente.

Cuando te enfrentas a la pérdida eres consciente de que quizás mañana no estés aquí, o quizás sean tus seres queridos los que no estarán. Ese no querer depender de nadie y que nadie dependa de mí es a la vez mi mayor fortaleza y mi mayor debilidad.

No te compares con otros. Tienes tus propias virtudes y defectos, y sólo podrás ser tu mejor versión si te mides contigo mismo y no con los demás. No aceptes la mediocridad o las limitaciones ni pretendas partir desde puntos de partida que te quedan lejos.

Salta a la vista que no soy una persona particularmente activa en las redes sociales, ni muestro una versión completa de lo que soy en las mismas. En cierto modo me parecen un nido de narcisismo y de dar una apariencia irreal (y calculada) de lo que uno es. Mi búsqueda no es devanarme para en vana vanidad envanecerme. Lo que yo quiero es aportar cosas de valor y transmitir y comunicar positividad y hacer ver que está en nuestra mano hacer un mundo algo mejor. Es un modo de luchar contra la negatividad imperante. No cuestiono el comportamiento de otros, sino que tengo una visión propia y soy fiel a ella.

Y una cosa está clara: tanto si haces una cosa, como la contraria, siempre tendrás detractores. Incluso habrá quien te critique tanto si haces algo como si haces lo opuesto. Muchas personas son expertas en hablar de lo que no saben e inventan auténticas películas sobre la vida de uno. Sin embargo, mi prioridad es andar, y no hablar, y trato de hacer lo mío sin preocuparme mucho por historias.

En este contexto me parece necesario conocer la historia que alguien tiene detrás antes de enjuiciarlo a la ligera. Todas las personas tienen un pasado, una historia detrás, unas circunstancias, unos sueños, objetivos y motivaciones; y por supuesto unas razones, unas ideas y una filosofía de vida. Por eso es importante escuchar a las personas primero para tener la posibilidad de entenderlas antes de hablar sin fundamento. Esto no significa que todo sea aceptable o justificable, sino que hay que escuchar antes de hablar.
Tenemos dos orejas y una sola boca para que escuchemos el doble de lo que hablamos" ~ Zenón de Citio
Y… ¿A dónde quiero llegar?

Ese hombre que lucha, que cae, y que se levanta más fuerte, ese hombre que ríe, que llora, que ama, que vive, que sufre, que añora, que logra y que gana. Ese hombre que pierde, que yerra, que sueña y se estrella. Ese hombre que arrolla y que ayuda, que arrulla y que duda, que escribe y describe su alma desnuda. Ese hombre que se desvive y sobrevive, que persigue y lo consigue, que contagia risas y que enjuga lágrimas, que da abrazos y que los recibe. Ese hombre que aprende y que prende la crítica, que de la crítica aprende pero no se domestica. Ese hombre que crece y que hace crecer, que se estremece y acepta fenecer. Ese hombre que besa pero no apresa, que punza pero no hiere, que expresa pero no silencia, que vive mientras no muere.

Quizás mi pregunta correcta sea ¿Me he enseñado a mí mismo lo que de la vida he aprendido? Seguiremos caminando.
Caminante, no hay camino
se hace camino al andar.” ~ Antonio Machado

¡Nos leemos!